Las razones por las que borro todo el contenido de mi móvil cada varios meses

El móvil que cualquiera utiliza a diario acumula un uso a lo espléndido del tiempo que termina desembocando en calma, pesadez y demarcación de espacio. Y no hay mejor forma de revitalizar el teléfono que darle una limpieza cada varios meses: es poco que acostumbro a hacer con mis smartphones. Ya sea voluntariamente o, como además ocurre, de forma forzada.

Gusano obligado a cambiar de teléfono cada pocas semanas porque entra en casa un nuevo maniquí para analizar obliga a la prohijamiento de ciertas costumbres que terminan arraigando. Por ejemplo, todas las aplicaciones imprescindibles para mí deben ofrecer copia de seguridad en la abundancia: es poco elemental. Por otra parte, siempre configuro cada móvil de la misma manera, incluidas las carpetas del escritorio y los accesos directos. Y hay una buena razón: borro cada móvil con frecuencia, incluso los personales y adquiridos por mí.

Un borrado con frecuencia ahorra dolores de persona

He de dejar claro que no resulta imprescindible aplicar un formateo al teléfono cada cierto tiempo, sobre todo en los modelos actuales: incluso los variedad media más contenidos llegan con espacio de sobra para instalar decenas de apps y juegos. Ya no es tan habitual que el móvil se llene, incluso aunque acumule una gran cantidad de distinción. Y, pese a que la acumulación de uso produce cierta calma, ya no acostumbra a ser exagerada; sin que por ello deje de afectar, como es deductivo.

Borrar el teléfono con cierta frecuencia no es un truco de embeleso: el móvil no va a revivir sólo por originarse de cero; siempre que no tuviera previamente algún problema. Siquiera es perjudicial para los componentes no formatearlo: todo smartphone contemporáneo mantiene sus prestaciones incluso con un uso intenso. Pero…

Gusano obligado a cambiar de teléfono implica que dos o tres veces al mes me enfrente a la tarea de configurar un dispositivo de cero. Dicha tarea es pesada, engorrosa y no queda exenta de riesgos: puede que poco no quedara guardado antiguamente de borrar el móvil precedente (anda que no habré perdido fotos). Eso sí, disfrutar la experiencia fresca y limpia que implica un estreno puede compensar las molestias de un formateo. Es poco que he comprobado en mis propios dispositivos, aquellos que no son de prueba temporal y que he adquirido personalmente.

Tengo un Google Pixel 6 propio que he borrado varias veces por completo durante el año que lleva en mi faltriquera. A veces para algún artículo que requería una prueba muy concret, otras para tener el Pixel de cero. En uno y otro casos las ventajas han hecho merecer un borrado completo.

Las mayores ventajas de borrar el móvil cada varios meses

Ni los móviles Android necesitan un borrado con cierta frecuencia para seguir funcionando ni dicho borrado cíclico estropea el teléfono: este proceso no es más que una opción en el interior de todo el perico de posibilidades que existen para el mantenimiento de un dispositivo. Bajo mi experiencia, éstas son las ventajas:

• Un móvil recién borrado es más rápido. Todos sabemos cuál es la experiencia de abrir teléfono y cómo va degradándose poco a poco con el tiempo (en algunos móviles más que en otros).
• Es la forma más eficaz y rápida de liberar espacio. Borrando el teléfono se elimina todo lo instalado, además el almacenamiento distinción que haya guardado el sistema y las aplicaciones.
• Último desembolso de conjunto. Dejando de costado el desembolso extra que supone descargar las apps necesarias y optimizar el teléfono, tras un borrado el móvil suele vestir menos conjunto. Aunque solo sea porque tiene menos apps que antiguamente de borrarse.
• Adiós a las apps que no se usan. El “por si quizá” hace que acumule mucho software en el móvil que no voy a utilizar. Y como empiezo de cero, tras un borrado completo sólo instalo aquellas apps que se me hacen imprescindibles. De esta forma me olvido de lo que no usaré de ningún modo.
• Se eliminan algunos problemas que podría acumular el teléfono. La modernización de una app que no termina de ir como debe, un mal ajuste del móvil o un simple error azaroso que no es identificable: con un borrado completo se eliminan la mayoría de problemas. A menudo es más rápido y sencillo que romperse la persona localizando el mal funcionamiento.