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He probado el nuevo distracción ‘Pokémon Pocket’ en mi Android y no he podido detener de jugarlo. Sólo tiene un problema
Publicado
hace 1 mesen
Por
Eduardo Marín
Llevo jugando al dinastía Pokémon desde sus orígenes en aquella mítica consola portátil señal Game Boy a finales de la período de los 90, y se me hizo muy difícil en aquel entonces no engancharme con su interpretación de distracción “físico”, el distracción de cartas coleccionables de Pokémon. Posteriormente de todo, llevaba lo mejor de los juegos al mundo actual: combates y coleccionismo.
Ahora, casi tres décadas luego de los días de Pokémon en Game Boy, llega Pokémon TCG Pocket (JCC Pokémon Pocket en gachupin), un nuevo título para dispositivos móviles basado en la franquicia, y no he podido evitar darle una oportunidad. Para sorpresa de nadie, me he aferrado, llevo los últimos días jugando al Pokémon Pocket en mi Android en todos mis ratos libres. Es, en principio, una excelente propuesta de saquillo, que sólo tiene un problema, uno que es global en los títulos móviles de hoy en día.
Así es Pokémon TCG Pocket, el nuevo distracción de cartas coleccionables y combate para móviles
JCC Pokémon Pocket (al que ha partir de ahora llamaré simplemente Pokémon Pocket) lleva la experiencia del distracción de cartas de pokémon de toda la vida a nuestros bolsillos. No es el primer distracción para móviles que lo hace, pero sin duda que es una propuesta muy accesible, intuitiva y sobre todo divertida.
Nuestro propósito en Pokémon Pocket es sencillo: debemos coleccionar todas las cartas de pokémon disponibles: Charmander, Bulbasaur, Mewtwo, Ekans, Koffing… menciono a los de primera coexistentes porque son los que más conozco, pero hay muchos más, y seguramente sus responsables continuarán añadiendo criaturas con el paso del tiempo mediante actualizaciones.
La forma de obtener los nuevos pokémon es la misma que en el distracción de cartas del mundo actual: abriendo sobres que incluyen cinco cartas aleatorias. A veces estos sobres incluyen ediciones especiales de las cartas, esas que tienen un objetivo holográfico y brillante, el cual el distracción simula muy aceptablemente en nuestras pantallas. Al agarradera de pocos minutos ya nos familiarizamos con la interfaz, y podemos comenzar a coleccionar cartas, revisar las que ya tenemos y admirarlas, conectar con amigos y obtener cartas de regalo, entre otras cosas relacionadas al coleccionismo.
Pero adicionalmente de colección, todavía hay combate, y aquí es donde se pone interesante la cosa.
Pokémon Pocket no sólo nos permite coleccionar las cartas, sino que podemos usar esas cartas para cargar barajas y utilizarlas en combate con la inteligencia industrial del distracción o con otros jugadores. Si aceptablemente me da la impresión que el número coleccionismo de cartas es el aspecto más importante o protagonista del distracción, el combate es un excelente añadido, uno muy divertido que no paro de brincar.
Llevo los últimos días abriendo todos los sobres que pueda, o al menos que me permita el distracción, para mejorar mis barajas, implementando diferentes estrategias. Hay mucho que tomar en cuenta, por ejemplo, algunos pokémon deben transformarse para alcanzar su longevo potencial, lo que en ocasiones significa que debes tener en la baraja sus distintas fases para poder transformarse. Dicho de otro modo, es posible que para poder usar a Charizard antaño debas tener en la mesa un Charmander y luego un Charmeleon. Parece poco enfadoso, pero honestamente, le añade una capa adicional de diversión y logística al distracción. A mi me encanta.
Lo que no me encanta, y este es el problema del que vengo hablando desde el titular de este artículo, es el sistema de monetización del distracción. Ya lo veía venir desde el anuncio de Pokémon Pocket, y honestamente, no es poco fuera de lo global hoy en día, una época en la que incontables juegos para dispositivos móviles apuestan por las microtransacciones y un sistema que consiste en múltiples tipos de “divisas” en el distracción.
En Pokémon Pocket, en esquema, es así: cada 12 horas podemos cascar un sobre tirado, y no podemos comprar sobres con pasta actual; en cambio, podemos comprar objetos que nos permiten acelerar el tiempo, todavía hay divisas para comprar objetos especiales, hay “pokélingotes” que sirven como pasta para obtener a ítems en la tienda potencial, hay tickets gratuitos que obtienes al completar misiones, incluso hay un “pase premium”; en fin, hay muchas formas de obtener a los objetos. Mi idea es brincar sin deteriorar un centavo, y sí, es posible, sólo requiere de paciencia.
Como dije, esto no es un problema de Pokémon Pocket, es poco que ya se ha hecho común en los juegos móviles. Antes parecen favor quedado los días en los que accedías a una interpretación limitada de un distracción (una “demo”) y luego hacías un suscripción único para desbloquear el distracción completo, como aquel excelente Super Mario Run. Es el tiempo en el que vivimos, y quizás es poco a lo que ya debería estar acostumbrado, pero todavía se me hace difícil aceptarlo como el estereotipado.
¿Es posible brincar al Pokémon Pocket sin deteriorar? Sí, por supuesto, sólo te tomará más tiempo conseguir más cartas. Aunque en los primeros cuatro días jugando el título ya me ha regalado unos 20 sobres o más, hasta ahora parece ser congruo liberal.
JCC Pokémon Pocket está acondicionado de forma gratuita en Google Play Store.
Foto de portada | Eduardo Marín para Xataka Android
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