Móviles
Google Maps nos muestra un atlas del mundo distorsionado y tiene todo el sentido que sea así
Publicado
hace 2 añosen
Por
Álvaro García M.
Estamos ya más que acostumbrados a usar a diario aplicaciones como Google Maps, ya sea para conocer la ruta más rápida en dirección a un extensión o simplemente para presentarse lugares de forma posible. ¿Y qué pensarías si te dijésemos que tanto esta como otras apps similares nos están engañando? Los mapas que muestran no son reales. O no al menos al 100%.
Y remotamente de ser un complot mundial que esconda una oscura trama digna de teorías de la conspiración, lo hacen por un motivo justificado. De hecho no es poco nuevo, pero actualizaciones de mapas como los de Engaging Data han vuelto a poner de manifiesto la diferencia entre los mapas y la realidad del planeta.
Por qué los mapas que vemos no son reales al 100%
Por mucho que se empeñen algunos en intentar convencer y demostrar que la Tierra es plana, lo cierto es que no es así. Nuestro planeta tiene forma de esfera -realmente es una elipse- y de ahí que su representación en un atlas plano no solo resulte una tarea mucho complicada, sino que es incluso poco destreza de cara a crear un atlas que sea proporcionalmente práctico para su uso.
Y como no hay mejor muestra que una imagen, a continuación te dejamos una fotografía sacada de los mapas de la citada Engaging Data en la que se puede observar que existe una diferencia de tamaño considerable entre lo que nos muestran los mapas y la existencia, siendo el color celeste lo que vemos en apps como Google Maps y lo rojo la proporción auténtico.
Como habrás podido observar, los países del hemisferio sur, entre los que se incluye España, tienen unas proporciones reales que en apariencia se ven congruo cercanas a las que vemos en los mapas, pese a que en el caso de nuestro país se vea un 23,7% más pequeño. Sin secuestro, hay diferencias asombrosas con territorios del hemisferio finalidad. Véase si no Groelandia, Canadá, Alaska o Rusia.
Los mapas que usamos asiduamente vienen de la conocida Proyección de Mercator, emplazamiento así en honor al geógrafo y cartógrafo flamenco del siglo XVI que “puso de moda” este tipo de instinto. Y la razón, como ya decíamos anteriormente, no es otra que la de ofrecer una instinto que a pertenencias prácticos resulte más sencilla de manejar.
No obstante, debes retener que la de Mercator no es la única representación distorsionada que hemos trillado, ya que hay otras igual de interesantes. Véase si no el Mapa de Peters, el cual manejo de crear una cuadrícula en la que cada radio sea idéntica en proporciones a las demás.
Si quisiéramos tener un atlas plano lo más realista posible tendríamos que apelar a alguno como el de la susodicho imagen. Seguiría sin ser poco exactamente certero por aquello de la complejidad de representar en 2D las áreas, pero sería más realista. No obstante, somos capaces de augurar un completo desastre si este fuese el utilizado por Google Maps y compañía.